: A los 35 años


Nombre*:Agustin
Género*:Ensayo
Título*:A los 35 años
:A mis 35 años

Me gustan las biografías, saber de las personalidades que tuvieron un pasado, una niñez, una aventura, por ejemplo, un caso que me viene a la mente ahora, el de Horacio Quiroga, una vida singular y a su vez trágica, porque escribe "a la deriva" o "la gallina degollada", su biografía lo muestra muy bien. Hace poco me puse a leer un libro que calculo que por error me regalo mi compañera Lorena, escrito por lo que se ve una buscadora empedernida, Hortensia Campodonico, uruguaya relacionada mucho con España y seguidora fiel de Mario Benedetti, donde fui descubriendo gracias a esa biografía, detalles de su vida que me hacen entender mejor su escritura. Yo no soy escritor, aunque siempre me gusto leer, dice Dolina que se debe "aprender a leer" y es un "accidente" para pocos. Quise siempre estar entre esos "pocos", con falsa modestia claro esta.

Nací en Montevideo, capital de la Republica Oriental del Uruguay y capital mas austral de America, un 3 de agosto de 1977, esto no trata de ser una autobiografía claro esta, ni siquiera recurro a alguna investigación mientras escribo estas palabras, las citas solo se refieren a mi memoria (que cabe destacar que es muy pésima).

El titulo que le puse a este breve ensayo es "a mis 35 años", lo cual es una pequeña reflexión después de haber estado 12775 días de nacido, donde me miro al espejo y veo algunas líneas macabras en mi cara, la balanza no se mueve como quisiera y no pasa ni una semana donde las dolencias vengan a mi como con una orden de arresto hipocondríaca. A veces caigo en la monotonía, en la costumbre y me he confundido de haber vivido varias vidas, aun siendo un ateo liberal, pensando y cambiando de idea política cada 5 años.


Una vez intente cantar, de hecho lo hice y grave mis canciones, mis ideas, en una banda a la que se llamaba Zenith Metal Uruguayo y una vez, después de escucharme me dije "que mal que canto", intente mejorarlo y no pude, puse las mejores ganas y no pude, pero mientras yo tiraba abajo mis intenciones de ser un cantor, voces de mis costados elogiaban mi tonta e imitadora forma de tocar la guitarra, me di cuenta que servia para "acompañar" una banda pero no para cantar, así es la vida también, a veces pensamos que somos buenos en "algo" pero somos los peores, pero también como decía Dolina (y sigo apelando a mi memoria)…ya me olvide.

A veces es mejor hacer el papel secundario y ser el mejor actor secundario que ser la estrella, el centro de atención y ser la peor estrella, piénsenlo, tengo 35 años, ya no soy un bebe (ni mi hija lo es), ya no soy un adolescente ni un joven, soy un hombre, al que las chicas le dicen "señor", cuando pareciera que son las mismas chicas que decían con su mirada "que lindo chico".

No reniego del tiempo, me resguardo en saber que me hago mas sabio, que mi historial de lectura aumenta (lento pero lo hace) y que cada día es un día mas de jubilación que acumulo. Puedo decir que me viene la imagen de los 12 años, una edad que me marco sin saberlo, por muchos factores, insisto, esto es no es una autobiografía, sino un ensayo, una reflexión descontracturada y sin corrección. Esos 12 años donde descubrí muchas cosas, mi sexualidad, mi amor por la Argentina, mi gusto por el metal, por el futbol, por tantas cosas que no me arrepiento.

Me puse a pensar recién cual fue el primer libro que leí y no lo recuerdo, descarto toda literatura bíblica que me impusieron de niño, porque mis padres eran en esa época testigos de Jehová y si no lo saben en esa religión (secta) o estas con ellos o no, o juntas o desparramas, no hay termino medio y mi mente era media a los12 años.

Con 35 años puedo decir que hice muchas cosas, quizás mas de las que hacen el promedio de los hombres de mi edad, como ser padres, haber hecho una gira con mi banda de metal, haber estudiado la biblia eruditamente, haber viajado mucho, haber sido dueño y esclavo, haber sido cocinero y director, estudiante y estudiado, compositor, lector, maestro y alumno, pobre y superpobre, y seguro que dejo en mi memoria lugar para ese olvido, que me deja en estadística como un niño concebido a los 45 años de mi madre y 50 de mi padre, confundían a mi mama como mi abuela en la escuela, la misma escuela por la cual hice mucho.

En estos 35 años también me case, tuve mi casa, tuve mis glorias y mis fracasos, en estos 35 años fui quien quise ser y a su vez también me arrepentí de lo que pude haber sido. Aprendí que para algunas cosas no hay 2 oportunidades y que para su tiempo es todo, no en vano la reflexión de unos ancianos que exclaman: "si fuera joven con la mentalidad de ahora…" y todo se reduce a la nada. Aprendí de mis errores, moriré sin saber si existe dios, sin saber realmente que pensaba Borges o si mi padre alguna vez me dijo "te quiero" en silencio o si algunas lagrimas son verdaderas o no, probablemente moriré sin saber si mi gata Mimi esta en algún lado o si la vez que murió mi tía Marina ella me rozo la cara o fue mi imaginación, mi fuerza de sugestión o nada. Moriré sin saber muchas cosas que deseare saber desde donde este, si es que las reglas de la vida siguen. Hice mas cosas en esta vida, cambie, trate de ayudar y también engañe, mentí y me arrepentí y también ayude en el anonimato, pero me proyecto a mis próximos años, que quizás no sean los mismos que he vivido, no se si podré ahora cantar la canción de Alberto Cortez "…a partir de mañana empezare a vivir la mitad de mi vida…"

Pero ahora mirare el espejo del otro lado, de las cosas que si estoy seguro que pasaron, que siento, que para mi son así, que no me gustan los hombres, que mi hermano David y mi madre significaron y significan mucho en mi vida y que amo a una mujer, Lorena y también me siento eterno sabiendo que mi hija Carol Agustina es el autentico reflejo de lo que quise ser eternamente pero mejorado. Estoy seguro de ser uruguayo, de nunca querer ser el segundo en nada (a menos que lo justifique) y que entre las 5 mejores películas que he visto en estos 35 años esta "300", "Cementerio de animales", "El regreso de los muertos vivientes" entre otras.

Me emociono, aunque hice un pacto con 12 años, en la Cuidad de las Piedras, Uruguay, que jamás vi llorar a mi padre, nunca, en los 20 años que lo disfrute y desde que mi hija me hizo sentir lo mismo prometí hacerlo, hacer el no hacer, el no llorar. Si llore mucho cuando murió mi gata Mimi, parte de mi vida pero parte de la vida, que tendrá algún capitulo aparte.

Los que no me conocen y lean esto tienen dos opciones, disfrutar de la lectura y plasmarse las comparaciones a la suya o terminar acá lo que leen, objetivos, ninguno, solo dejar legados, amo los legados, no en vano (y reitero), me encanta la película "300".

35 años, como numero no me dice nada, salvo los quinieleros y apostadores (que soy uno) significa "el pajarito" y mas allá de mi seuda ornitofobia no significa nada, hablando de fobias, de niño era fóbico a los chicos pobres, al barrio de mi hermana en el "cerro de Montevideo" pero su razón era evidente, vi como castigaban (sin yo poder hacer nada) a un amigo de la niñez unos chicos mal vivientes, mas tarde en el tiempo, de grande, tuve varios episodios de "ataques de pánico" que mientras escribo esto no se e que estado estoy, si se que me siento mucho mejor y deje una de mis dos pastillas que tomaba. Me siento muy orgulloso de eso, aunque nadie lo noto, pero no importa, hay cosas en la que busco la gloria interior, llorar por o con una canción, fingir desear algo para darle el gusto a alguien o simplemente comprender una idea de un escritor, solo, esas cosas como las que le pasaron a el cantautor argentino Ignacio Copani cuando escribió "Maldito Serrat", canción que no explicare en este ensayo pero que insto a que la busquen los lectores ínfimos estas palabras.


Para quien busca en estos escritos algo mas que experiencias personales traeré a la mente algunos libros o frases que me han marcado, 35 no es nada, es un numero impar, que el3 de agosto de 2013 será impar, nada mas (si es que estoy vivo), pensare en un escritor y alguna frase para cerrar, será la primera que me venga, recorrió Galeano mi mente, Borges, Nietzsche, frases de películas, pero cerrare con esta frase y mi visión sobre la misma: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar". Muchos adjudican esta frase al escritor uruguayo Galeano, pero no lo es. No creo que alguna reflexión haga cambiar estas ideas, solo decir, CAMINEMOS.

Sábado 20 de octubre de 2012.

Agustín Pérez Gamboa.



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