: | Los duendes
Erangel Rivas
Voy a jugar al exorcismo, voy a narrar algo, un asunto que daba vueltas en mi cabeza, casi no me dejaba dormir, no sé si era mi conciencia o el sonido que venía desde la luz artificial del cuarto del fondo, hablaban acerca de arreglar algo, de alquilar propiedades, oportunidades de trabajo, el horóscopo y el destino, hasta de que dios dependería todo eso, esperaban que me acercase como un curioso mas y les dijese algo, lógicamente me tildarían de loco, no sería tampoco cómplice de nada, algo echaba humo por ahí y no era un tren, era sospechoso ¿pero qué me miraban? yo no sabía tampoco quién era el , tenían esperanza en que abarcara a combinar la visión del arco iris que me ofrecían la pareja bendecida por la Virgen del valle, ¡Muy cristiana!, muy buena gente por fuera, te saludan a todo el mundo y a nadie un vaso de agua le niegan, a veces les da por contar sobre tipos con la mente enferma que no hicieron caso al gobierno. Perseguían ser los ángeles del hogar, los gritos de chitones en las afueras del arca-hogar los llevaron a creer que podrían arrepentirse de no tener un nombre ejemplar, uno común o algo así, pero bien acomodados en quintas, aire acondicionado y piscina, para que en el fin de semana vengan de visita y degusten de una buena parrilla de cochino ,mondongo, chinchurria, morcilla, y guasacaca como toque vegetariano, me imagino moviendo el palo de ron en el vaso con hielo y refresco, tono musical ganado por mi esfuerzo como maestro, ya jubilado y con pensión, recién graduado del doctorado el año pasado en Ciencias inciertas, ahora con tanto dinero en los bolsillos como el ganador del triple, me imagino que estaría haciendo aquel sujeto ahora, Seguro se volvió loco de tanto leer libros …!No!, Muy lejos de eso, estaría viajando con sus 300 mil bolívares en billetes de cien y quinientos en un koala por toda Venezuela, claro eso
ocurriría hace mas de 15 años, no llevaría un Nokia, portaría un revolver al lado del compartimento del dinero, saliera con todas las bailarinas del canal Venezolana de televisión a un club reconocido de Sabana grande, acompañado del negro Juan Bimba en un Jeep del ejercito, viejo negro, árbol rugoso, bembón y seco, ortodoxo cuando se trataba de hablar de basura política, casi anti cristiano, pelo malo y algo canoso, filosofo de tragos y dominós, comunista amargo, te odia a un adeco, amante del jazz y de la salsa, viejo gritón, terco, pichirre y le taconeaba a la mama molestando a los vecinos de abajo a la hora del almuerzo no sé porque razón, era Administrador graduado en una empresa, decían que era justo pero no siempre era bueno pues nunca fue cómplice de corrupción hasta donde yo sepa, debería revisar bien las tablas polvorientas de su vida, todas versiones lo retrataban muy humano, animal era al llegar sin encontrar la comida en la mesa, que bien las hacia la señora Daniels, todo lo cocinaba sabroso, también fue amarga, como la vida, sin respuestas, con más problemas que nos complican, como un juego de pokino todos lanzan sus cartas a ver quién gana en la mesa, vienen ángeles de arriba, me di cuenta que parecían duendes viejos, uno azul y otro era verde, uno me dijo algo en tono esplendido, como ejemplo siempre tomaba a aquel viejo Vicente, el del negocio de pinturas en las 4 esquinas después de mudarse del "Indio", me adivino que a mí me favorecería ir de viajes, pues aquí en Cumana ya nada sirve, como lo decía sonaba como que así fuese desde siempre, todos en su tiempo armaron naves con hojalatas y se iban a donde sea sin un centavo en los bolsillos, y conseguían por ahí a alguien, una luz en el camino como un ángel que en el valle de sombras les facilitaría todo.
-Pero los tiempos han cambiado y no son como antes- Interrumpió el duende verde-
Regresaron pocos de las estrellas sin tener hijo con sus mujeres, mira a sus poetas como tú, -Mientras me daba con el codo el duende azul- …se meten hasta contra Dios y sabes que eso no suena comercial, eres artista pero no tocas ni un esplendoroso cuatro, ¡emprender y ganar! Eso es todo, asi como lo hice yo, sentado todo el día sin hacer nada en la refinería, mi vida en la empresa fueron los metales, las maquinas, todos bailábamos al compas de trompetas de acero, jamás me viste escribiendo cuentos de esos que hablan sobre sapos azules y otras mutaciones. Entonces tomo la palabra el otro viejo, este hablaba sobre un kiosco donde dormía cuando se fue a trabajar solo en Caracas,-A él también le llego su día! –El duende azul decía- No se graduó de ninguna especialidad pero si te fabricaba con sus manos un carro de mano.-Agrego- Me decía que era un campesino que leía, una de las primeras casas en donde se escuchaba una radio por aquellos terrenos era la suya, muchos vecinos venían a escuchar Radio continente, toda la gente trabajaba en esa casa, hasta hacían buenos dulces, unas buenas chichas y la hermana del duende verde cocía muy bien, tenían una maquina despulpadora con que vendían jugos a todo el pueblo, el único científico hasta la fecha que pudo hacer chorizos caseros en toda la ciudad y vendió muchos, siendo yo un D.J no podía creer eso,… botaron a la basura sacos llenos de Discos de vinil y rollos de la primera película hecha en Cumaná, ¡que perdida! ¿Saben qué?, yo quería hacer una, se trataba sobre la leyenda que según unas viejas que fuman tabaco en mi calle, decían que en el tiempo de Bolívar, pero no me refiero al Libertador sino de Adriano Bolívar en los 80s, en aquellos lugares la gente llegaba a dejar las puertas de sus casas abiertas mientras dormían, solo dejaban cortinas, las puertas de las casas viejas coloniales eran grandes, como para gigantes, que puertas, cuanta madera se gasto en ella, tenían también algo muy valioso, el primer wáter close, lástima que al pobre le cortaron el agua. El duende verde también escribía, tenia tantos cuentos como tú no te imaginas, los tiene ocultos entre otros cuadernos polvorientos esperando por publicarse en una librería, sin miedo y sin prisa, todo en su momento-El duende verde me decía- Me dijo también que algún día el destino me repararía algo, no tenia bola mágica ni nadie se lo decían pero lo sabía,.. que uno de mis cuentos muchos conocerían, cazaríamos la fortuna que tanto el anhelaría, podría conseguirla en la política aunque no le gustaría , yo imagino también en ese mundo carros lujosos, una gata a bordo, lancha con motor fuera de borda y una red, y así mas nunca le hará falta pescar Coro coro, y con cualquier coba se aborda, no lo vas a conseguir más en la boca del rio a 40.000, como lo había denunciado aquel tipo que mando el mensaje por teléfono al señor incognito de orejas graciosas, hablaba más rápido que Juan Marín, un negro hijo del viejo Bimba, solo llevaba para vender limón y guayaba con su camisa amarilla con flores de Hawái en el guacal que llevaba, ajustando su gorra Nike de imitación, me contaba el mismo que le gustaba el regetón, solo mientras lo bailara con una buena jeva. Era también un duende eso que vi y ese coro que monté lo hice yo y sé que te va a gustar. |
Siempre hay un trasfondo de nuestra vida en lo que escribimos, dice el extraordinario novelista italiano Antonio Tabucchi, que el escritor presenta en su obra "los fantasmas que le asedian" (...); sus nostalgias, sus culpas, sus rencores". Comparto su opinión;creo que hay obsesiones que el escritor persigue durante toda su obra (su vida), expresándola desde distintas perspectivas.
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