: Memorias de un caballero-capitulo 1


Nombre*:cristian pinzon
Género*:Microrrelato
Título*:Memorias de un caballero-capitulo 1
Cuento:
En la negrura del bosque muerto…donde las hojas caían en ese musgoso ideal, solsticios inexpugnables refocilaban en tu recuerdo y le rogaban a la lluvia que dibujaran tu mirar de nuevo en mis sueños. En silencio, no pronunciaba palabra alguna, pues no había nada que decir, solo murmullos, murmullos en las ramas de mi alma, que casi extintos me hablan de ti:
-"Ella ya no te acompañará más…se fue a un lugar donde no la puedes seguir…"-
En su fatuo intento, las estrellas consolaban el ocaso de mi ilusión, y así, la oscuridad lloraba mientras que este tácito anhelaba danzar con la caricia del viento, con la tenue brisa que alguna vez esculpió tu voz.
¿Cuántas veces he soñado contigo?, ¡¿de cuántos armonistas he construido odeones para cultivarte cantos y enviártelos sabiendo que en cada uno de ellos va una parte de mí a donde quiera que estés?¡. Ni el clamor de las libélulas grises, ni siquiera el rugir de los eucaliptos antaños, son capaces de plasmar mi sentir en un lienzo de quimeras; pero al delinear tu cuerpo con mi corazón, tendré la certeza de que existo al igual que tú sabrás que te amo…
Desde el ab aeterno contemplas, pero desde un trono de hojarasca flagraste en mí y un orgasmo del bosque refulgió en lo lejano de un horizonte de media noche; en mi horizonte. Fue cuando te conocí, con tal furor saciamos nuestros sentidos que no nos percatamos ni del destino, ni de nosotros mismos, y como un relámpago que de improviso arremete con su ignota voluntad, desapareció nuestro inocente lazo…se lo llevó a un ignominioso adiós que prefería un beso de la parca a cambio de lo que víspere se marcharía…tú.
-¿Dónde estás?...
-Siempre junto a ti, mi Ángel…
-Tengo miedo…te extraño, y me duele tanto verte así…pero solo sé que al verte soy feliz…
-¿Miedo?, ya o hay nada que temer, mi dulce princesa…yo también te extraño…y no descansaré hasta encontrarte de nuevo, doncella dorada… ¡Te amo!… ¡te amo!…
-Tanto como yo, lo sé, pero es tiempo de partir, ¡no¡ espera…no llores, por favor…sabes que siempre estaré donde siempre he estado…
-¿Dónde?... ¿dónde?...no quiero despertar…déjame quedar aquí, no quiero volver donde no existes…
-Sabes muy bien quién te escucha…sabes muy bien dónde estaré incólume del infinito…esperándote…
Inevitable…desperté, lo real y lo mundano me arrancaban del sueño al que por tanto tiempo deseaba pertenecer, y no dejarlo nunca. Pero la vida, mi vida como le hacían llamar en este plano a lo palpable, a lo que podíamos percibir con nuestros sentidos propios y no con los de nuestra mente…una mente abierta a todas las cosas, a creer en que todo puede ser posible. A ello no lo alimentaban, o cuidaban, así como se cuida un girasol, con nuestro calor y cariño para que prospere en la convicción de emerger lejos de la sombra que el conformismo mimetista y superficial producen en proporciones bíblicas.
Los sonidos nocturnos habían muerto, y el alba renacía como un fénix de la creación. Era una mañana fría y gris, pues cuando caminaba a casa, pensaba en el tiempo que hemos perdido...en el tiempo en que hemos aprovechado...y pateando una que otra piedrecilla en el sendero por el que pasaban mis cansados pensamientos, que, en su más profundo y esperanzado ser, continuaban susurrado al oído de mi espíritu, diciendo:
-"Hoy no será el día en que veas su sonrisa...hoy tampoco será probable que escuches su voz, e inclusive no lograras sentir en roce tibio de su piel perfecta...
¿La extrañas verdad?..."-me preguntaba con un tono de nostalgia, así que le respondí con flaqueza en mi interior:
-Tanto la hecho de menos como el otoño extraña el color de la primavera en sus días más frescos...la extraño tanto como el viento frio del norte extraña a tan hermosas aves cuando se marchan hacia al sur para buscar su calidez en otros rumbos...quisiera tenerla junto a mí !justo ahora!, y aferrar mi esencia a sus delicadas, pero tan fuertes alas. Oh! esas alas que abrigaron hace unos meses a este soñador en medio de la tormentosa realidad a la cual jugaban con mi ser la soledad y el dolor...Ah...si, así es...!La extraño mucho!-les respondía mientras continuaba dando golpecillos de cuando en cuando al pavimento húmedo del claustro.
Luego, sin qué ni más continuó ese caudal de susurros, uno tras otro, cada vez con más fuerza, como bestias hambrientas que satisfacían su apetito y se recuperaban a medida en que me sometiera a mí mismo:
-"Pues si le añoras tanto como dices, ¿por qué no le buscas donde siempre ha estado?"-
-¿Ah sí?... ¿y en qué lugar podría admirar el ímpetu esmeraldino de una joya indestructible?... ¿en dónde podría visitar su recuerdo y saciar la sed que consume el alma moribunda de este servidor...? -repliqué con euforia...
-"Sencillo…-respondió- hablaste de recuerdos ¿no?, pues recuerda el momento en que sentiste su gracia…recuerda el lugar donde sentiste la suavidad de aquellos pétalos tan tiernos jamás hidratados con tal ternura y añoranza…recuerda también…dónde sentiste las centellantes guardianes de sus ojos…debes reconocer que sabes muy bien que allí jamás dejara de existir hasta que la vuelvas a besar, o abrazar…incluso después de ello, allí permanecerá aún con más fuerza… ¿lo sabes ahora?"-preguntaba con inquietud…pero tuve que meditar un poco…hacer una introspección de espíritu para saber con certeza a qué se refería con esas palabras, aunque sabias…difusas y un poco complicadas de entender…decidí arriesgar mi respuesta…así como decidí tomar un sinfín de riesgos, enhorabuena, para conocer a esa princesa….pensaba como si fuese una decisión de vida o muerte---en parte lo era, porque si me equivocaba…todo lo que había construido en el pasado, se iría al basurero del olvido---
-¡Pero acerté!, jamás estaba tan seguro de mí mismo, y gracias a ello logré sentir de nuevo su calor, su dulce voz…su tierno mirar. Una fuente de sueños en los cuales revivía mi sentir…resucitaba la conciencia de que podría vivir una tarde más, en tranquilidad…-
Allí estaba…danzando con la música de sus labios…como liras de magia y fantásticas historias, mientras sonreía con tal esplendor, que las rosas florecían tan solo para admirar su silueta moverse con el hálito en la alborada de mis recuerdos…
-¿Ves? , me dijo…-Allí está…sana y salva, como lo está en el mundo real…sino que con su libertad llena de verdad…no tenías que buscar tan lejos...Sencillamente, debías hacer, y lo hiciste, ahora contémplala, siéntela…y sé libre tu también, ya que sólo somos libres…buscando en nuestro corazón…
"Hoy te vi, y por un instante fui feliz…"
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