Nombre*: | Noa Veiga |
Género*: | Humor |
Título*: | No le tengo miedo a nada |
Cuento: |
No le tengo miedo a nada. Sólo a levantarme sin cabeza y que me haya olvidado de cómo se nada.
No tengo miedo de ti que me esperas cada día subido al árbol. Y que te vas sin decirme adiós cuando yo quiero que me saludes con abrazos de horas.
No le tengo miedo a nada. Sólo algunas veces a mi. A mi sin ropa y sin desodorante. A ti sin barba y meditación.
Por eso cuando suena la música que nos gusta tengo miedo a que me desnudes sin permiso y yo tenga que hacer lo mismo contigo por venganza. Y es que no se hacer otra cosa que copiarte. Por eso a veces te odio por subirte a los árboles y esperarme allí arriba. Como si no tuvieses otra cosa que hacer que mirarme. Como si yo fuese la única mujer guapa del mundo, como si yo fuese la única de cejas grandes. "Búscate a otra" pienso cuando te veo allí sentado mirándome con ojos de miel. Y es que no se que decirte. Por eso te escribo en la ventana que pases porque hace frío. Aunque estemos en verano y no esté lloviendo.
No le tengo miedo a nada más que a ti y a tener que cuidarte. La que te prepare la cena y te cosa los calcetines. A dormir en el mismo lado de la cama y confundirme de cepillo de dientes. Y a que esos tres pelos que tienes entre las orejas me hipnoticen y no me dejen caminar.
Por eso últimamente bebo leche de oveja con limón. Porque la vieja de las aceitunas me dijo que era lo mejor para limpiar los conjuros de amor. Porque yo no quería enamorarme. Yo quería seguir bebiendo zumos sola. Todo el zumo para mi. No quería compartir las mantas ni las zapatillas. Y menos mi café con tostadas. Pero desde que te conozco cambié lo quería y te dejé entrar en mi lado del sofá. Y hasta dejé que me cepillases el pelo y me cortases las uñas de los pies. Y es que lo de la leche de oveja con limón no funciona. Por eso estoy tan preocupada y tan feliz. Por eso ya no me importa escribir tu nombre al lado del mio y escuchar tu música mientras duermo. Será porque hueles a helado o porque cantas muy bien. Pero ahora ya no te puedes ir. Ahora te quedas a beber del mismo vaso que yo. Para eso te has quedado subido al árbol durante días.
Y ya ves que no le tengo miedo a nada.
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: No le tengo miedo a nada
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