: La máquina teutónica de guerra


Nombre*:Pablo Etchevehere
Género*:Histórico
Título*:La máquina teutónica de guerra
Cuento:
Todos estamos de acuerdo que Alemania es una máquina poderosa en en el deporte de los deportes, y lo hemos visto matando a nuestros eternos rivales los brasileños con su 7 a 1. Pero no sería la primera vez en la historia en que David voltea a Goliat con un ardil, es decir con astucia. Yo aquí no voy a enumerar partidos y campeonatos, porque para eso hay otros sitios especializados. Pero sí voy a contar un interesante episodio histórico que nos involucra indirectamente con los alemanes. Corría el año 1933 y en América del sur se desarrollaba con toda su violencia la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia. Guerra a la que Argentina no era nada ajena. Los bolivianos, que contaban con el dinero de las minas del señor Patiño, y con Rokefeller y la Standard Oil Company. Habían adquirido en Alemania entre otras cosas dos tanques con tripulación completa mercenaria de origen alemán, que llevaron al campo de batalla mientras se sucedían los enfrentamientos en un pantanal llamado Nanawa. El mismo jefe del Estado Mayor Boliviano era un General retirado Austríaco llamado Hans Kunts. Los paraguayos por su parte no podían frenar la embestida armamentista boliviana apoyada por los germanos, en ese sector, y menos parar dos tanques de guerra que para la época anterior a la segunda guerra mundial eran toda una novedad. Pero el terreno era dificultoso y se dependía de caminos precarios, construidos a machete por los soldados del cuerpo de ingenieros, atravesando bosques y pantanos. Como fuera y con dificultad los tanques bolivianos manejados por jóvenes alemanes, llegaron a tiempo a
Nanawa para participar de una ofensiva que Kunts juzgaba definitoria para ganar la guerra al Paraguay. Argentina que no era del todo neutral en este conflicto había ayudado solapadamente a crear un regimiento de caballería voluntario integrado mayoritariamente por argentinos del litoral: Correntinos, formoseños, chaqueños, santafesinos y algunos porteños, que con el número 7 y bajo bandera Paraguaya combatió durante toda la guerra con el nombre de General San Martín. Este regimiento comandado por ex oficiales argentinos exiliados en Paraguay luego de la intentona radical de Paso de Los Libres de 1931 contra el Gobierno de Uriburo, fue ubicado en esa zona de Nanawa luchando como de infantería ya que no pudo llevar caballos al terreno chaqueño boreal, tan dificultoso y falto de agua.
Y le tocó a este regimiento "argentino" parar la máquina de guerra germanica. ¿Como lo hizo?, simplemente esperaron los dos tanques en un camino y derribaron altos árboles para frenar su marcha. Luego enlazaron los tanque y los inmovilizaron. Los alemanes debido al calor y al recalentamiento de sus motores no tuvieron más remedio que salir de los mismos y entregarse, no sin antes pedir agua y cigarrillos a los asombrados soldados argentinos bajo bandera paraguaya que los había capturado. La inventiva argentina pudo más que la maquinaria perfecta alemana. El destino final de los dos tanques fue curioso. Uno fue destruido en el terreno de operaciones y el otro transportado a Asunción sirvió de monumento conmemorativo durante muchos años, emplazado en una plaza pública de la capital paraguaya, hasta que el ex presidente Fernando Lugo se lo devolvió al presidente boliviano Evo Morales y actualmente monta muda guardia en el patio de honor del Colegio Militar de la Paz, Bolivia. Moraleja con astucia podemos ganar /el fútbol es una forma moderna y no violenta de guerra), a la máquina teutona, como lo hicieron nuestros abuelos en la olvidada guerra del chaco Boreal.


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