: LA LUNA ARROGANTE

Nombre*:TATIANA JOSEFINA MARTÍNEZ VÁSQUEZ
Género*:Infantil
Título*:LA LUNA ARROGANTE
Cuento:
LA LUNA ARROGANTE
Recomendado para niños y niñas de 3 años en adelante
Érase una vez una luna grande, hermosa y brillante, tan brillante que iluminaba los caminos de la sabana. Los venados salían a beber agua de la laguna que parecía un espejo, mientras los grillos, las ranas, sapos y las aves nocturnas ofrecían un concierto en la llanura.
Desde el inmenso cielo nocturno observaba la luna el espectáculo de los animales. De repente un búho adolescente volaba rápidamente, y ella asustada se movió
-¡ Búho insolente! ¿Acaso estás demente?
- ¡Disculpe señora, no fue mi intención causarle este gran sacudón!
La luna gruñiendo cual perro obstinado por el susto que le han dado.
Allá en la llanura sigue la fiesta, zorros, ardillas, búhos y grillos, arman el alboroto y la luna obstinada dice que guarden silencio, amenaza con ocultarse temprano y dejarlos a oscuras.
Se levanta el zorro en dos patas como tratando de alcanzarla y respetuosamente le dice:
-Señora luna, no creo que hagamos daño alguno con corretear y jugar un poco con nuestros amigos.
-La Luna muy arrogante le contestó: - Yo soy la fuente de luz nocturna, brillo con luz propia, sin mí no serían nada, vivirían en completa oscuridad.
-¡Te equivocas Luna arrogante!- resonó una voz desde el hueco de un árbol. Era el abuelo Búho, quien era el más sabio de los animales de la regin.
- Tu luz la obtienes del Astro Rey, es decir, del Sol.
- ¡Mentiroso!- refutó la luna. Simplemente tienes envidia, porque yo vivo aquí en lo más alto, tengo un hermoso brillo y si no quiero, pues no salgo más y ustedes no podrían salir a armar sus fiestas escandalosas…
Y sin decir más nada se ocultó…
Los animalitos al ver que todo quedó sumido en la oscuridad se fueron a sus cuevas, madrigueras y árboles.
- El abuelo Búho se preocupó demasiado, se fue a dormir esperando el amanecer.
Eran las cinco de la mañana y el Astro Rey se venía despertando, imponente, hermoso, brillante, con su corona incandescente. Ya se sentía el calorcito de sus rayitos al tocar la tierra cuando el abuelo búho carraspeó frente a él.
- Señor Sol, tenga usted buenos días. Vengo a hablar en nombre de los animales de la llanura. La señora Luna nos ha tratado mal, se ha vuelto obstinada y nos ha quitado la luz. Nunca más volveremos a salir de noche, vamos a morir de hambre y de tristeza.
- Señor Búho, me parece que tenemos que darle un escarmiento a esa señora.
Ese día el sol se ocultó, no brilló, mientras la Luna paseaba por otros lugares. El día estuvo frío, oscuro y triste. Los animales se quedaron en sus hogares.
Al finalizar el día dando paso a la noche, llegó la arrogante Luna con los ojos cerrados, pero su sorpresa fue muy desagradable… no pudo brillar.
Insistió muchas veces estirándose, girando sobre sí misma, pero no lo pudo lograr, lloró y gritó, pero nada pasó.
El abuelo Búho se le acercó y con sus lágrimas lo salpicó.
-¿Ahora si me crees Luna arrogante? No brillas con luz propia, tú dependes del Sol y nosotros dependemos de tu luz para salir a alimentarnos y a compartir con los otros animales.
La Luna comprendió su grave error, se disculpó con los animales y pidió ayuda al señor Sol, quien ya venía de regreso de su paseo. Al amanecer el Sol brilló como nunca y en la noche la Luna hermosa brilló para todos los animales de la llanura.
FIN
TATIANA JOSEFINA MARTÍNEZ VÁSQUEZ

1 comentario:

  1. Moraleja: "siempre detrás de un gran hombre, hay una gran mujer".
    Es como con los músicos...siempre tienen una "musa" inspiradora, por más que anden con todas las mujererzuelas que se encuentren por ahí, mientras giran..., como el sol.

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