Nombre*: | A. S. Goncalves |
Web Site (Opcional): | https://www.instagram.com/a_s_goncalves/ |
Género*: | Suspenso |
Título*: | Muchas cosas han cambiado |
Cuento*: | Desde que te fuiste, muchas cosas han cambiado. La casa ya no se siente sola: me acompañan la incertidumbre, la demencia, uno que otro fantasma y recuerdos que creí haber olvidado. Ahora veo tu mirada en mi reflejo, por un par de segundos, pero sé que sólo estoy alucinando. Tu perfume se desprendió de mi ropa y se pasea por el cuarto, de la cama al escritorio, del escritorio a la puerta, de la puerta a la cama; de vez en cuando sale a la sala o a la cocina, pero nunca al patio, porque nunca estuviste por ahí. A veces escucho el piano, tocando melodías que inventabas, como si las hubiese aprendido desde el primer momento; creo que te recuerda mejor que yo. Las paredes están tristes y enmohecidas, te lloran de vez en cuando, recordando tus manos, dibujando siluetas de figuras imaginarias. El sofá decidió tomar tu forma, quejándose de tu ausencia, protestando porque te dejé ir. La tristeza se marchó hace unos días, dijo que ya no le prestaba atención, que la ignoraba, que no apreciaba su presencia; qué curioso, usó tus mismas palabras. Desde que te fuiste, muchas cosas han cambiado. Las pastillas ya no duran, el insomnio ya no se duerme, ni siquiera los gatos visitan el tejado. Ya nadie me pregunta por ti, y es un alivio, porque no sabría qué responder. Cada flor que plantaste se ha muerto; juro que no olvidé regarlas, pero quizá las ahogué con mi llanto. El techo ahora me mira de vuelta, de tanto que lo he visto, pero su mirada es fría y oscura, como la que me diste antes de partir. El cielo no ha dejado de llorarte, a veces incluso grita; te extraña. Yo no te extraño, no te preocupes, sólo me atormenta todo este berrinche que se arma a mi alrededor. Pero estoy mejor ahora: me cosí las heridas, las limpié bien, tal y como me enseñaste, y ahora las muestro al mundo sin miedo. Fue bueno estar contigo, pero fue aún mejor que te marcharas. Desde que te fuiste, muchas cosas han cambiado, pero hay una cosa que aún no cambia: mi corazón sigue llamando tu nombre una y otra vez, como si te mirara por primera vez; como si nunca hubieses muerto. |
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