Publica Tu Cuento: UN REGRESO FRENTE AL MAR

Nombre*:Daniel Vasquez Chauca
Web Site (Opcional):https://www.instagram.com/danvarsch/
Género*:Romántico
Título*:UN REGRESO FRENTE AL MAR
Cuento*:
Eran aproximadamente las siete u ocho de la noche. La noche era hermosa, al igual que la compañía que tenía en ese momento. Nos acercamos al malecón con la intención de observar el mar, aunque no se veía mucho. Apenas se vislumbraba cuando las olas rompían en las piedras. Lo que estaba viviendo parecía sacado de la película más romántica.
El murmullo del mar y la suave brisa calmaban la tristeza que sentía en mi corazón. La presencia de ella, que regresaba a mi vida después de muchísimo tiempo, me devolvió la paz que había perdido desde nuestro adiós. La luna, testigo de lo que un día fuimos, con su luz hacía que ella brillara más. El viento movía su cabello, golpeando suavemente su rostro.
Ahí estábamos los dos, juntos de nuevo; mirando el azul cielo que se difuminaba con el mar. Las estrellas volvieron a brillar para mí ese día. Nuestras manos, después de mucho tiempo, se encontraron acariciándose mutuamente. En ese momento, ninguno de los dos habló, solo sonreímos.
A lo lejos, se escuchaba una canción que retrataba todo lo que estábamos viviendo. <"Tú y yo, juntitos frente al mar. Yo sé a dónde quieres ir a parar"> Oímos esa parte y echamos a reír. Sus ojos brillaban y mi corazón latía como antes. Ella se acercó, me abrazó cálidamente, nuestros corazones volvieron a encontrarse, todo fue tierno en ese instante, y en ese momento ella me regaló un beso en la mejilla.
Aquel evento pareció eterno; Pensé que estaba soñando. Buscó mis ojos y con un dulce tono de voz pronunció las palabras "Te extrañé". Me moría por decirle que yo también la había extrañado mucho. Sin embargo, temía mostrarme frágil si revelaba mis sentimientos, así que solo le sonreí.
Ambos disfrutábamos este regreso frente al mar, agradeciendo a la vida por permitirnos volver a encontrarnos. Quizás ya no como antes, pero ella estaba de nuevo a mi lado. La abracé por la cintura y juntos continuamos mirando y sintiendo el viento tocar nuestro rostro.

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