Publica Tu Cuento: La princesa y la soledad sin identidad

Nombre*:Taty
Web Site (Opcional):
Género*:Infantil
Título*:La princesa y la soledad sin identidad
Cuento*:En un pueblo muy lejano, dentro
de un bosque, había una princesa
solitaria. Ella vivía en un hermoso
castillo, pero este estaba vacío.
Cada noche, la princesa lloraba,
esperando que alguien la
acompañara y la liberara de su
soledad. Pasaron muchos años y
nadie llegaba.
Un día, un gato noble y curioso pasó por allí
y, al ver a la princesa, le preguntó: —
Princesa, ¿por qué estás sola en un castillo
tan grande? La princesa respondió
tristemente: —No lo sé.
El gato noble, conmovido por su tristeza,
decidió quedarse para hacerle compañía.
Gato noble cuidaba de la princesa y jugaba
con ella, pero la mas importante, es que
llenaba su soledad. Poco a poco, la
princesa comenzó a recuperar la felicidad;
al fin, se estaba liberando de la soledad.
Pero un día, el gato, apesadumbrado, se acercó a ella y
le dijo:
—Princesa, me tengo que ir...
La princesa, sin decir nada pero con una expresión de
desdicha, regresó a sus aposentos al instante de
escucharlo.
Lamentablemente, el gato noble tuvo que partir,
dejando a la princesa devastada y en llanto.
"¿Por qué?"
, se preguntaba una y otra vez.
Ahora su soledad era aún más profunda, porque
conocía la compañía del gato noble.
Pasaron días, meses, años...
Hasta que un día, la princesa decidió dejar el
castillo.
Al salir, empezó a sentir una emoción diferente:
era libertad. Sin embargo, la soledad persistía.
Mientras caminaba, la princesa encontró al gato
noble. Su corazón se llenó de alegría, pero junto
a él había una mariposa, hermosa pero un poco
cruel.
—¡Gato! ¡Gato! —clamaba la princesa, acercándose a
él.
El gato, entusiasmado, corrió hacia ella rápidamente,
pero la mariposa lo detuvo.
—¿Quién es ella? —inquirió la mariposa.
—Es la princesa —respondió el gato.
Cuando finalmente el gato noble y la princesa se
abrazaron, él le propuso a la princesa quedarse con él.
Sin embargo, la mariposa no estaba de acuerdo.
—De ninguna manera, es demasiada carga para mí —
dijo la mariposa.
El gato noble imploró a la mariposa hasta que
finalmente ella consintió.
La princesa optó por permanecer al lado del gato noble
y la mariposa, sin embargo, persistía en ella la
sensación de carencia.
Fue entonces que un día, se percató de que no poseía
una identidad propia, siendo únicamente reconocida
como "princesa"
.
—Quizá esa sea mi carencia —pensó—
.
—Mi ausencia de identidad.
—Pero, ¿cómo descubrirla?, se cuestionó.
Finalmente, decidió despojarse de esa
princesa sin identidad y emprender un viaje
para descubrir su verdadero ser.
"Adiós, Gato. Adiós, Mariposa"
, dijo la princesa antes de partir hacia su destino.

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